jueves, 21 de mayo de 2009

Un Poco De Historia


La lucha por el voto femenino pleno fue un camino lleno de escombros. El ambiente general a fines del siglo XIX era incuestionablemente machista. "Uno de los escasos gestos de repudio de la mujer ante su situación civil es la acción realizada por un grupo de señoras de San Felipe, el año 1875, cuando se presentan intempestivamente dispuestas a ejercer su derecho a voto y aducen que no existe ninguna ley que se los impida pues, de acuerdo a la Constitución de 1833, se garantiza igualdad ante la ley de todos los chilenos. Frente a esta inesperada acción, una ley dictada en 1884, prohíbe expresamente el derecho a voto a las mujeres chilenas", así lo consigna Diamela Eltit en el libro Crónica del Sufragio Femenino, publicado en 1994 por el Sernam.

Recién en 1877 se había dictado la Ley Amunátegui, que por fin permitió que las mujeres tuvieran acceso a la educación universitaria. Ese gran triunfó provocó cambios importantes.

A comienzos del siglo XX, la mujer empezó a alzar la voz de manera más sistemática, aunque la resistencia machista aún se hacía sentir. Un ejemplo clarísimo: en 1915, cuando Delia Matte e Inés Echeverría, alias Iris, fundaron el Club de Señoras, los ojos masculinos, incluso los del intelectual Pablo de Rokha, miraron con desconfianza y desdén el que las mujeres se reunieran a hablar de temas culturales, políticos y sociales. "Literatas de Club ¿no tenéis marido? Buscadle y si le halláis, ser simplemente esposa. ¿Queréis hablar? Muy bien, mas sazonad la sopa", escribió el poeta. En ese club, Martina Barros, traductora del pensador liberal John Stuart Mill, hizo un discurso sobre la necesidad de que las mujeres pudiesen sufragar. La deslenguada Inés Echeverría también provocaba con sus declaraciones a los más machistas. Una vez le preguntaron si se sentía inteligente y ella respondió: "Cuando me analizo, no; si me comparo, sí".

"El Club de Señoras duró 15 años y fue el origen de otras agrupaciones como el Partido Cívico Femenino (1919), la Asociación de Damas Protectoras del Obrero (1920), el Círculo Femenino (1921), el Club Social de Profesoras (1924) y la Legión Social y Protectora de la Mujer (1925)", dice Mónica, sobrina de Inés Echeverría.

En 1944 se creó la Federación Chilena de Instituciones Femeninas (Fechif) que, dirigida por la profesora Amanda Labarca (primera mujer académica de la Universidad de Chile), agrupaba a todas las organizaciones femeninas del país, que ya sumaban 200. Con este lema invitaban a sus reuniones: "Dad los derechos a quienes os dan la vida. Conceded a la mujer el voto político".

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